Hace una década un cargo medio de una empresa me preguntaba qué diferencia había entre una web y un correo electrónico. No hace tanto los teléfonos móviles estaban instalados dentro de los automóviles, y todavía recuerdo la frase de algún compañero “te dejo, me voy al auto, que espero una llamada”.
Se acuerdan cuando se decía: “los teléfonos móviles son para los altos ejecutivos”; “esto del mail no sirve para nada, yo los imprimo y después los leo”;”¿Cómo vamos a leer las noticias o ver la televisión en el ordenador?” “¿Quién va a comprar por internet? ¡La gente quiere ver y tocar lo que compra!”….
Seguro que ninguno de vosotros quiere volver al ecosistema informático profesional y personal de hace 10, 15 o 20 años con las herramientas y procedimientos de entonces. ¿Os lo imagináis? Yo no, desde luego.
¿Qué significa esto? Que, en mayor o menor medida, nosotros como particulares y nuestras empresas, nos estamos digitalizando. Y la digitalización no es una moda pasajera. Tal vez el término Transformación Digital nos aparezca hasta en la sopa y esté desvirtuado por los numerosos eventos y casos de éxito que consultoras y empresas TIC realizan en su nombre. “Toda empresa puede digitalizarse”, ese es el nuevo grito de guerra…
Tampoco creo que haya muchos profesionales que consideren que se trata de una moda pasajera. Estamos en una evolución como lo fue el correo postal en su día, desbancado por el telegrama, el télex, el fax, el mail, las RRSS. Aún así algunos se preguntarán, “¿Para qué cambiar? Si ya está bien como estamos”. Con las cosas de comer no se juega.
Las primeras unidades de servidores, PC, que conocíamos como terminales, llegaron a los departamentos de Finanzas y de RRHH para poder realizar con más seguridad y eficiencia “la contabilidad” y la “nómina”. Estaban destinados a uso prácticamente interno y el nombre le iba que ni pintado, porque en realidad sí que eran terminales, ya que estaban cerradas al exterior y orientadas a una relación casi testimonial con las entidades públicas… Dígase Agencia Tributaria (SRI).
Hoy en día es impensable este escenario. Recibimos, por distintos canales digitales, numerosas citas, convocatorias, informaciones, reportes… tanto internas como externas. Hay que estar digitalizado. Los pedidos, ese bien que todo el mundo espera para seguir su actividad, no llegan por carta ni por fax. Te los encuentras directamente en tu buzón de entrada. Y ya seamos compradores o vendedores, queremos una respuesta inmediata a ¿Cómo esta lo mío?
Así, la tecnología nos permite comprar una mercancía a miles de kilómetros, dándonos igual realmente de dónde venga. También ver paso a paso cómo llega a nuestro almacén. Por otro lado, también cumpliremos nuestras fechas de entrega a nuestros clientes. Guardaremos la documentación dentro del sistema y, todo ello, desde cualquier dispositivo, lugar y 24/7/365. El proceso de digitalización pasa por tener un entorno en el que toda esta información que llega por distintos canales digitales se pueda consolidar, relacionar y nos permita tomar decisiones.
Existe un punto común de encuentro en la era de la digitalización. El entono de gestión empresarial donde uno de los elementos más importantes es el ERP que aglutina toda esta información en forma de soluciones y software de gestión empresarial. ¿Qué hace un ERP? Toma decisiones gracias a la IA; Presenta propuestas de compra; Indica nuestras previsiones; Compara estimaciones. Y, por supuesto, nos permite seguir emitiendo nóminas y aquella contabilidad casi obligada que ahora es nuestra herramienta diaria. Estamos continuamente navegando entre toda esta información, cambiando de rumbo si es necesario, corrigiendo el camino para cumplir con lo previsto Y todo ello desde nuestras propias instalaciones o en la nube, mediante el Cloud Computing, pero esta es otra historia.
La única forma de conseguir todo lo citado anteriormente es digitalizándose. Eso sí, cada uno a su medida, de acuerdo con sus necesidades y aliándose con un socio de confianza que nos diseñe una solución de gestión empresarial que se ajuste a lo que realmente necesitamos. No pierdas el tiempo. La digitalización no es una moda pasajera y será más sencilla para tu empresa evolucionando junto a socios de confianza. Recuerda que con las cosas de comer no se juega.
Recuperado de UNIT4 escrito por MARC CANELA